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Kokoro Natsume Soseki (Parte 1 / El profesor y yo) 8

Afortunadamente, la profecía del profesor no se cumplió. Como entonces no tenía experiencia, no comprendí ni siquiera el significado obvio que contenía esta profecía. Aun así, fui a verle. Sin darme cuenta, estaba comiendo en su mesa. Como consecuencia natural, también tuve que hablar con su mujer.

 Como ser humano normal, las mujeres no me eran indiferentes. Sin embargo, dada mi corta edad y las circunstancias en las que había vivido, nunca había tenido una relación con una mujer. Dudo que éste fuera el motivo, pero mi interés se dirigía siempre hacia mujeres que no conocía, a las que encontraba por la calle. Tuve la impresión de que la mujer del médico era guapa cuando la conocí en la puerta. Desde entonces, no he dejado de tener la misma impresión cada vez que me la encuentro. Pero aparte de eso, sentí que no tenía nada más que decir sobre ella en particular.

 Podría estar más justificado interpretarlo como una falta de oportunidad para mostrar los rasgos de su mujer que como una falta de rasgos. Sin embargo, siempre la traté como si formara parte de mi profesor. Parece que ella también me trataba favorablemente porque yo era una alumna que venía a casa de su marido. Así que si quitamos a la profesora que estaba en medio, las dos estábamos separadas. Así que cuando la conocí por primera vez, no tuve otra impresión de ella que la de que era hermosa.

 Una vez me dieron de beber en casa del profesor. Su mujer salió y me sirvió una copa a su lado. Parecía más divertido que de costumbre. Le dijo a su mujer: "Toma tú también" y le ofreció la copa de la que él había bebido. Su mujer estuvo a punto de rechazarla, diciendo "Soy ......", y luego la aceptó con fastidio. Su mujer levantó una hermosa ceja y se llevó la taza medio llena a la punta de los labios. La conversación que sigue comenzó entre la esposa y el profesor.

"Una cosa rara. No es frecuente que me digas que beba".

Porque no me gustas. Pero deberías tomarte una copa de vez en cuando. Te hace sentir bien".

"En absoluto. "Para nada. Estoy de mal humor. Pero pareces muy feliz, y te has tomado unas copas".

A veces puede ser muy divertido. Pero no siempre".

¿Qué tal esta noche?"

Me siento bien esta noche".

A partir de ahora debes comer un poco cada noche".

No funciona así'.

"Por favor, cómetelo. Es mejor así no te sentirás solo".

 En la casa del profesor sólo vivía la pareja y su criado. Siempre que iba allí, reinaba el silencio. Nunca se oía una risa aguda.

Hubo un momento en que parecía que los únicos que estábamos en casa éramos el profesor y yo.

Espero que tengas hijos", me dijo su mujer. Sí", respondí. Pero en mi corazón no surgió la compasión. Nunca había tenido hijos y en aquella época los veía como algo ruidoso.

Me llevaré a uno de vosotros", dijo el profesor.

No eres una niña, ¿verdad?", dijo, volviéndose de nuevo hacia mí.

El niño no podrá hacerlo siempre", dijo el profesor.

 Su mujer guardó silencio. Cuando le pregunté por qué, se rió a carcajadas y dijo: "Porque es la condenación".

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*Este artículo ha sido traducido automáticamente.